La vida cotidiana está rodeada de peligros, en todo lugar, desde la casa al trabajo, en los lugares de esparcimiento, de educación y en todo lugar donde nos encontremos aún, tal vez más, en el trayecto a ellos.
Los peligros se
desarrollan en virtud al avance tecnológico que no agobia día a día. Los
peligros, los riesgos, representan una probabilidad de sufrir un accidente o
contraer una enfermedad.
Por ello, saber
reconocer los riesgos es la base de nuestro desarrollo de vida.
Los accidentes de
trabajo en general, varían en función a la frecuencia, a la gravedad y a las
consecuencias, pero de cualquier forma dejan consecuencias.
Lo mismo se puede decir
de las enfermedades laborales, que se presentan cada vez con mayor frecuencia.
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